lunes, 13 de abril de 2009

PET-TC EN ONCOLOGÍA: LA IMPORTANCIA DE UN EQUIPO MULTIDISCIPLINAR




En oncología, el uso por separado de la tomografía computarizada (TC) y la tomografía por emisión de positrones (PET)-FDG se convirtió en la pasada década en la técnica de elección en el manejo de los pacientes. La reciente integración de ambas modalidades en un solo equipo ofrece ventajas desde el punto de vista clínico. Hay menos confusión respecto a las captaciones de FDG no oncológicas, como son las zonas de inflamación o la variable captación fisiológica de estructuras normales como la grasa parda o la musculatura, ya que son más fácilmente localizables anatómicamente. Además, la PET-TC permite una mejor localización de las lesiones malignas, un mejor control del tratamiento, un mejor abordaje en la realización de biopsias o en la planificación de los tratamientos radioterápicos. La PET-TC permite también detectar lesiones neoplásicas sin avidez por la FDG, que no son detectadas por la PET. La PET-TC debería ser el único procedimiento diagnóstico a realizar en la mayoría de los procesos oncológicos, evitando la realización de una TC añadida, especialmente en la población pediátrica.

Es necesaria una estrecha colaboración entre los médicos nucleares y los radiólogos para obtener la máxima información posible de estos equipos híbridos, aspecto que también es necesario en otros sistemas mixtos como el SPECT-TC o la PET-RM. Sólo en departamentos de diagnóstico por imagen, donde colaboran estrechamente diversos especialistas, será posible conseguir el importante objetivo de sacar el máximo rendimiento diagnóstico a una exploración tan importante en oncología como es la PET-TC.


Autor: Antonio Maldonado

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